Wednesday, November 28, 2012

Perdiendo la vista de la realidad


“Hay —solamente en la imaginación, para inquietarme— la esperanza de que toda mi enfermedad sea una vigorosa autosugestión; que las máquinas no hagan daño; que Faustine viva, y dentro de poco yo salga a buscarla; que nos riamos juntos de estas falsas vísperas de la muerte; que lleguemos a Venezuela”

(Adolfo Bioy Casares La Invención de Morel, 54)
 
¿Qué le pasa al protagonista de La Invención de Morel? Al fin él se convierte en loco y empieza a creer que él es una parte, o sea puede llegar a ser una parte del grupo de personas que pertenecen a la semana eterna. Su deseo de conocer a Faustine, la imagen proyectada de una mujer, llega a ser una obsesión aunque él sepa que no puede ser una realidad. Casares nos enseña como la obsesión con algo que no podemos tener nos puede llevar a la destrucción.

Eso me recuerda a una charla fogonera que asistí, donde Elder Bednar habló de Things as they really are. Él dijo que la tecnología en muchos casos está empezando a controlar las vidas de muchas personas. Ellos viven adentro de este mundo y se confunden entre la realidad y el ciber espacio. En sus vidas la tecnología desempeña un papel más fuerte que la realidad y en el fin es reemplazado por  lo real. Relató un cuento de un hombre, Sr. Hoogestraat, que estaba tan obsesionado con una mujer virtual en Second Life que casi perdió su matrimonio en su vida real. Pasaba más de 50 horas por semana en su cuenta de Second Life y fue una adicción que casi le llevó a la destrucción de su vida REAL familiar.

Es triste pero así pasó también con el narrador de este cuento. Él estaba tan obsesionado con Faustine aunque sabía que ella estaba muerta y que no la podía tener. Lo mismo le ocurrió  al Sr. Hoogestraat, él le dedicó mucho tiempo y esfuerzo en seguir a esta chica, pero lo más interesante, es que  todos sus esfuerzos no valieron nada. La tecnología de Morel le ha dado una esperanza falsa. “La esperanza que… Faustine viva… que nos riamos juntos de estas falsas vísperas de la mente; que lleguemos a Venezuela.” Obviamente esta no es una posibilidad, y que él no está viendo Things as they really are. Hasta el punto que él cree “que las maquinas no hagan daño.” Aunque al final le maten, está tan ilusionado de estar con ella que pierde las ganas y la habilidad de vivir y actuar en su propia realidad.

Borges nos enseña el peligro de perdernos en una realidad que no es la nuestra.  Como Elder Bednar advirtió la tecnología y esta vida falsa pueda empezar a controlarnos. En el fin el carácter de Casares pierde su vida porque quiere estar en la realidad de Faustine.

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